Hace unos días fue presentado en mi pueblo, Alcalá la Real, el último libro de la escritora Almudena Grandes. Se titula "El lector de Julio Verne" y está ambientado en los años 40, con el tema de fondo de los guerrilleros antifranquistas republicanos (maquis) que en mi tierra eran conocidos como "los de la sierra". Uno de los personajes (reales) que aparecen en ese libro es "Cencerro" el jefe de los grupos que actuaban en esta zona de la Sierra Sur jiennense. A raiz de ello, me picó la curiosidad y busqué otro libro ya editado donde se relata la triste peripecia histórica de este personaje y de estos años en general; el libro es "Cencerro, un guerrillero legendario" de Luis Miguel Sánchez Tostado.
Es la primera vez que devoro un libro en dos días, me sobró fin de semana. Estar leyendo relatos sobre lugares que conozco personalmente e historias que mis padres y abuelos han contado en bastantes ocasiones era realmente entusiasmador, pero sobre todo por retratar la tristeza de una época en la que, si eras sospechoso de algo (o de casi nada) te podía pasar cualquier cosa. Sin embargo, el mejor regalo ha sido ver como la presentación del libro de Almudena ha servido para unir a las nietas del guerrillero con el hijo del guardia civil de servicio entonces en la zona, y que ha inspirado el personaje principal de "El lector de Julio Verne", una muestra más de lo alejados que quedan aquellos años en el tiempo, de como se superó lentamente la herida, pero de que todavía quedan flecos pendientes (fosas con cuerpos sin identificar) que un pueblo no debe permitirse.
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